La tecnología, además de ser un recurso clave para la innovación, se convierte en el mejor aliado para lograr el cometido de reducir costes. Si bien la tecnología actualmente ya es considerada parte esencial de las empresas, al momento de renovarla es necesario tener en cuenta que su objetivo es simplificar, rediseñar y mejorar los procesos que se han llevado a cabo a lo largo del tiempo.

Pero la tecnología no solo reduce costos también, reduce el tiempo que es invertido en muchos aspectos dentro de las empresas impactando sorprendentemente en el área de ventas y publicidad.

Pero no solo beneficia con tiempo y dinero a la empresa, también beneficia a los usuarios de las empresas pues estos ya no tienen que gastar tiempo energía y dinero en trasladarse a la sucursal de la empresa en cuestión. A menos que sean servicios los que la empresa ofrece, aunque si reduciría las molestias para conseguir el tiempo y la cita para asistir o recibir el servicio.

Hacer más con menos es el reto de todas las empresas y ese reto se vuelve poco a poco más complicado si lo que se quiere es seguir obteniendo productos y/o servicios de calidad. La tecnología puede hacer que la estructura de la empresa con fuerte peso tecnológico suponga menores costes que con el modelo tradicional.